¿Por qué sin responsabilidad no hay rendición de cuentas?

La responsabilidad se refiere a la capacidad de las entidades de aplicar correctivos y acciones de mejora, así como asumir sanciones o premios como resultado del reconocimiento de diversos actores institucionales o sociales en el marco de los avances y logros del proceso de rendición de cuentas realizado. Es el elemento que cierra el proceso de información y diálogo, generando aportes, alertas y acciones de mejora para incorporar los resultados de la rendición de cuentas a la gestión pública.

La responsabilidad también contiene incentivos, pero esta no se reduce a aquellos.

La consolidación de la cultura de la rendición de cuentas en las entidades sí requiere de incentivos al servidor público y al ciudadano para orientar el esfuerzo de su comportamiento en el marco de la garantía de derechos como horizonte mutuo de interés. No obstante, la responsabilidad hace especial énfasis en la necesidad de que las instituciones cumplan con los compromisos propuestos en los ejercicios de rendición de cuentas y tomen acciones correctivas para mejorar la garantía de los derechos.

Se debe ir más allá de los incentivos, se requiere garantizar un compromiso institucional total con la consolidación de una incidencia efectiva de la participación ciudadana en los ejercicios de rendición de cuentas.

Algunos de los elementos de responsabilidad, para las entidades que se ubican en el nivel iniciando en el proceso de rendición de cuentas, son:

Establecer las competencias de la entidad para poder asumir compromisos que puede atender en forma directa o indirecta realizando la gestión ante los organismos que tienen la obligación de atenderlos. Por ejemplo, aumentar los docentes, si soy una entidad certificada asumo el compromiso directo; de lo contrario, asumo de manera indirecta referido a gestionar con la entidad competente.

Asumir los errores y tomar acciones correctivas inmediatas, así mismo planear estrategia de mejora para futuros escenarios parecidos.

Tener un control de los acuerdos o compromisos asumidos con los grupos de valor en el proceso de rendición de cuentas, identificando las áreas responsables y los tiempos.

Informar a los grupos de valor los avances en el cumplimiento de los compromisos. En caso de inviabilidad en su aplicación, explicar y justificar la situación.

Asumir compromisos entre los asistentes como resultado de todo espacio de diálogo.

Realizar estímulos por lo adecuado comportamiento o de castigo por su mal comportamiento.

Reconocer a los funcionarios públicos y actores interesados que aportan al proceso de rendición de cuentas de manera significativa.

Realizar seguimiento al cumplimiento de los compromisos asumidos.

Identificar la existencia de mecanismos de corrección de las acciones.

Realizar estímulos por lo adecuado comportamiento o de castigo por su mal comportamiento.

La rendición de cuentas funciona mejor cuando está respaldada y articulada con los otros esquemas de control. La acción ciudadana que tenga el respaldo de aliados gubernamentales dispuestos y capaces de involucrarse, o que haya forjado vínculos con otras acciones homólogas para ganar poder de negociación tiene muchas más posibilidades de luchar contra la impunidad. Esta articulación aumenta la capacidad de controlar e imponer sanciones a quienes han transgredido sus deberes públicos.

Por eso, es importante tener en cuenta que Colombia cuenta con diversos controles que son complementarios. La rendición de cuentas siempre debe articularse con el control administrativo, el político y el social. En caso de ser necesario, se debe articular con el control disciplinario, fiscal y penal.

A continuación, se presenta un esquema que orienta la comprensión en torno a la articulación de la rendición de cuentas con los diferentes tipos de control.

Esquema de controles en Colombia