El 4 de julio de 1991 se promulgó una nueva Constitución Política en nuestro país. Una Carta Política con una orientación garantista que implicó un avance jurídico muy importante en materia de reconocimiento y protección de derechos humanos, participación ciudadana, pluralismo político y profundización de la descentralización territorial y la democracia.
Por primera vez la Constitución no se limitó a incorporar formalmente un listado de derechos, sino que diseñó valiosas acciones judiciales para la protección efectiva de los derechos fundamentales, a través de la tutela y las acciones populares y de grupo. Además, se consagraron los derechos colectivos y la paz como un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento para el Estado.
Desde hace 25 años la Carta Política dispuso los principios orientadores bajo los cuales debe desarrollarse la función pública: igualdad, moralidad, eficacia, igualdad, moralidad, economía, celeridad, imparcialidad y publicidad, mediante la descentralización, la delegación y la desconcentración de funciones. En ese orden de ideas todos los servidores públicos estamos llamados a materializar estos principios con nuestras actuaciones.
A diferencia de otros países de la región, nuestro modelo de empleo público, el ingreso y el ascenso por mérito, la carrera administrativa como regla general y la responsabilidad de los servidores públicos quedaron consagrados constitucionalmente. Sobre estos pilares construimos y desarrollamos nuestras políticas en materia de empleo, gerencia pública y gestión administrativa.
Sobre el tema vale reiterar que Función Pública juega un rol fundamental en la materialización de muchas de las disposiciones constitucionales, de manera directa e indirecta.
Directamente, a través de la formulación, implementación, seguimiento y evaluación de políticas públicas de desarrollo administrativo de la función pública, la gestión del talento humano, el desempeño de las funciones públicas por los particulares y el servicio al ciudadano.
Indirectamente, asesorando técnicamente los procesos de diseño y fortalecimiento institucional, para que el Estado tenga entidades públicas fuertes, transparentes, que planeen y controlen su gestión, que generen confianza ciudadana. Desde la Función Pública trabajamos incansablemente para acercar la institucionalidad al ciudadano.
Este mes, en el que celebramos los 25 años de la proclamación de la Constitución de 1991, queremos aprovechar la oportunidad para recordarles a los servidores públicos que hoy más que nunca estamos llamados a contribuir conjuntamente de manera comprometida a la construcción de un mejor país para nosotros y las futuras generaciones y a cumplir los sueños que en su momento se plasmaron en la Carta Política.
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Liliana Caballero
Directora General
Entidad: DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
Equipo: Gestión Documental
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